viernes, 7 de diciembre de 2012

Publicación: La política y las políticas públicas en educación básica. Una proyección hacia el 2012-2018.


Nota: Este artículo se publicó en la Revista AZ, número 64, del pasado mes de diciembre de 2012. No obstante que fue escrito en el mes de septiembre de ese mismo año muchas ideas tienen vigencia. Concluye esta serie de artículos sobre la educación. 

La política y las políticas públicas en educación básica. Una proyección hacia el 2012-2018.







El pasado mes de julio se realizaron elecciones en México. De acuerdo con los resultados, el Partido Revolucionario Institucional se encargará de la administración federal para el periodo 2012-2018. En la Plataforma del Programa de Gobierno se resalta, como hechos problemáticos, el estancamiento de la economía, el alto índice de desigualdad y pobreza de la población y un profundo quebranto del estado de derecho. Se visualiza el futuro del país sobre la base de una educación de calidad. De ahí, se menciona, la necesidad de fortalecer al sistema educativo y, centralmente, a las escuelas (sería interesante conocer la fórmula de la centralidad en un sistema educativo descentralizado). Eficacia, calidad, equidad, igualdad, justicia social son algunas categorías destacables.

Los juicios anteriores se plantean tomando en consideración los resultados de PISA (por sus siglas en inglés “Programme International Student Assessment) y lo complementan con otros indicadores del sistema educativo mexicano entre los cuales destaco: el 40% de la población mayor a 15 años con rezago educativo, los 6 millones de analfabetas, los más de dos millones de ciudadanos con primaria inconclusa y los cerca de 17 millones con estudios de secundaria truncos. Pretenden impulsar el desarrollo y la equidad a través de una nueva política participativa en los tres órdenes de gobierno para lograr una movilidad social. Consideran a la educación como un componente determinante para el desarrollo humano y se reconoce la falta de resultados como un factor de escepticismo. Se busca alcanzar niveles competitivos de acuerdo con los estándares internacionales. Pretenden también hacer de la educación una política de estado mediante compromisos de largo alcance. En educación básica impulsarán la formación y la educación continua de los maestros, la instauración de escuelas de jornada de tiempo completo, la enseñanza del idioma inglés y la incorporación de las tecnologías de la información y educación (TIC´S) para coadyuvar al logro de los propósitos de aprendizaje. La evaluación para la mejora de la calidad educativa, la participación de la sociedad y de los padres de familia son otros tópicos a resaltar. Se visualiza una nueva agenda de reformas para atender los retos de cobertura, calidad y eficiencia.

En los compromisos por entidad federativa, curiosamente, no se distingue ninguno en particular para la educación básica mexiquense.

Muy recientemente, en septiembre, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) entregó al Lic. Enrique Peña Nieto un documento de propuestas sobre los “Desafíos de las políticas públicas en México”. Ahí se anuncia la celebración de un Foro de Políticas Públicas con expertos nacionales e internacionales eneEnero de 2013 a realizarse en la Ciudad de México. Bien pudiera ser un ejercicio a tomarse en cuenta como un referente de las obligatorias consultas ciudadanas para la conformación del Plan de Gobierno y de éste en sí mismo.

En ese análisis se caracteriza el entorno internacional: bajo crecimiento de la economía mundial en su quinto año de crisis y la baja expectativa por crecer a tan solo el 3.5% para este año. El contexto nacional es incierto y  complejo en el que soplan vientos de cambio, se dice. Las fuentes de consulta son coincidentes con las utilizadas para el caso de educación básica. Los retos de la cobertura en la educación media superior y superior, los resultados en PISA así como el 25% de los jóvenes de entre 18  y 29 años desempleados y sin oportunidades de estudiar (los llamados “nini´s”). 

“La inversión en una mejor educación puede ser altamente redituable” señala la OCDE. Plantean las relaciones entre dos variables en algunos casos. Por ejemplo, el logro educativo estudiantil versus producto interno bruto (PIB) per cápita así como, por otra parte, la calidad de los docentes y la gestión basada en estándares. En mi parecer, éstos son los factores asociados más recurrentes en la literatura especializada que explican en mayor medida el logro educativo. Concretamente, la OCDE recomienda fortalecer la educación preescolar y básica. De manera específica en el cuidado de la primera infancia y ampliar el acceso a estos servicios. Como es de sobra conocido, México tiene una baja cobertura en primero de preescolar (niños entre una edad comprendida entre los 3 y 4 años de edad). En el caso de los docentes y los directores escolares distinguen como aspectos críticos la selección, la asignación, el reconocimiento y los estímulos económicos. La evaluación basada en resultados y el fortalecimiento de la Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE) son otras sugerencias propuestas. 

Las recomendaciones claves son: 
Si contrastáramos la plataforma de gobierno priista y las recomendaciones de la OCDE analizadas en los párrafos anteriores con la visión inicial del Lic. Enrique Peña Nieto encuentro las siguientes coincidencias.
1° La tendencia del bajo crecimiento de la economía mundial es una preocupación fundada
2° La cobertura en la primera infancia, (educación inicial para los infantes de 0 a 3 años, en el primer grado de la educación preescolar para los niños de 3 a 4 años) así como la educación media superior y superior son asuntos por atenderse prioritariamente.
Para acometer estos problemas se espera atenuarlos y subsanarlos con:
La enseñanza del idioma inglés en educación básica, las TIC´S como apoyo para el aprendizaje, la formación de los docentes y los directores escolares, escuelas de jornada de tiempo completo, la transparencia, la rendición de cuentas, la evaluación de los procesos, inputs y outputs del sistema educativo.

Como puede constatarse, algunas de estas soluciones fueron utilizadas por las administraciones anteriores. Algunos de ellos también formaron parte de los acuerdos políticos entre el gobierno mexicano y la organización sindical. Me refiero puntualmente al Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica y Normal (1992), el Compromiso Social por la Calidad de la Educación (2002) y la Alianza por la Calidad Educativa (2010). Muy probablemente algunas de esas políticas se concreticen en programas gubernamentales y, quizá, se “peñanieticen” (se les imprima su propio sello) y se orienten hacia el cumplimiento de sus compromisos.

En otras palabras, percibo un cambio en la política social aunque muchos programas se mantendrán con algunas variantes para asegurar los resultados esperados. Se gestionará la educación mediante programas gubernamentales eficaces logrando más con menos. Hacer que las cosas ocurran. Una gestión basada en resultados. Reducir el gasto corriente e incrementar el presupuesto en proyectos transparentes. Financiera, social y políticamente fiscalizables estimulando con ello las buenas prácticas. Al parecer, serán pocas las innovaciones pedagógicas y educativas. La siguiente administración pública pondrá énfasis en alcanzar mejores resultados a un costo marginal en la medida de lo posible y de manera relativa por supuesto.  

Ahora toca a los diseñadores de la política pública del próximo sexenio, a quienes concreticen en programas de gobierno dichas políticas, a los funcionarios encargados de la implementación de los programas de gobierno cumplir con la encomienda focalizando sus acciones en la formación de seres humanos, ciudadanos para transformar su entorno. Detecto un área de oportunidad muy relevante: la valoración sistemática, pertinente, válida y con otras características apropiadas. La evaluación de la política, de las políticas públicas, de los proyectos institucionales, de los programas gubernamentales, de los programas de intervención social. Del diseño y la ejecución del plan de gobierno. 

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