jueves, 26 de abril de 2012

Consultoría: La formación de especialistas en evaluación de los programas sociales

Nota: Desde hace tiempo me he dedicado a la evaluación en el ámbito profesional como línea de estudio, de investigación. En la praxis, he colaborado en evaluaciones a gran escala de los aprendizajes, del desempeño de profesionales inmersos en el ámbito educativo, en la evaluación institucional e incluso en evaluaciones de programas educativos. Por esta experiencia me solicitaron un esbozo de algunas líneas en algún documento escrito, incluso lo consideraría informal, sobre el tema de evaluación de políticas.  Intercambié algunas ideas con algunos colegas y consideramos desarrollar algo más formal posteriormente (lo hemos venido desarrollando aunque está muy avanzado aún no lo hemos concluído por completo). Coincidimos que hablar de políticas es algo muy amplio y la expresión más concreta son los programas de intervención social. A continuación transcribo este primer acercamiento a este objeto de estudio un trabajo incipiente, inicial que ha sido la base de una investigación más exhaustiva. Retomé el texto de Enrique Rebolloso, Baltasar Fernández-Ramírez y Pilar titulado Evaluación de Programas de Intervención Social. 


La formación de especialistas en evaluación de los programas sociales

Recientemente, la evaluación ha transitado de circunscribirla al ámbito educativo y con una visión reduccionista a exámenes escritos a una herramienta susceptible de usarse en muy diversos ámbitos del conocimiento científico y de la realidad social. La evaluación es un proceso sistemático, ordenado y riguroso de recogida de información, válida y confiable, empleando diversas metodologías, técnicas e instrumentos para compararla contra un referente y estableciendo juicios de valor tendientes a la mejora del objeto evaluado. A la evaluación se le concibe una transdisciplina, una meta ciencia. Sus principios generales son susceptibles de emplearse en muy diversos ámbitos. Uno de sus vínculos más estrechos se da en el área de las políticas mas específicamente de las sociales. Es decir, a las acciones, decisiones y omisiones por parte de los distintos actores involucrados en los asuntos públicos. No a las relaciones de poder aunque sí a aquéllas dadas en el proceso de las acciones de gobierno con la sociedad (política de las políticas públicas). Desde esta perspectiva, algunas dependencias gubernamentales recurren a la aplicación de los conocimientos y métodos propios de la ciencia social con el fin último de la mejora social. Sus acciones, sistemáticas e intencionada, se realizan para modificar las condiciones sociales y/o el comportamiento de las personas. 


Por otra parte, la intervención social está orientada por un conjunto de prescripciones en donde se manifiesta la voluntad por resolver los problemas sociales y de gestión de los asuntos de interés comunitario. Para alcanzar estos propósitos se planifican e implementan racionalmente un conjunto de actividades. Según Rebolloso, et al, los programas se ejecutan normalmente en escenarios locales aunque en ocasiones las agendas están dirigidas por profesionales que no interactúan directamente con los usuarios del servicio (…) y, en otras ocasiones, la organizaciones comunitarias son las responsables del programa. De acuerdo con su naturaleza, el campo de acción de los programas de intervención pueden clasificarse en: Acción comunitaria, salud pública e innovación educativa. 


Los funcionarios de la administración pública, directamente o a través de sus equipos técnicos, interpretan, adecuan y ponen en marcha las directrices de los programas a fin de concretizar las metas políticas. De esta manera, los programas de intervención social son la expresión más objetiva y específica de las políticas sociales. Son útiles en la medida que plasman la filosofía de la política a la cual responden. 


Los programas requieren ser evaluados para obtener juicios fundados sobre la necesidad de realizar una intervención así como para el diseño, implementación y sus resultados. La investigación de evaluación o investigación evaluativa es la metodología empleada para evaluar la efectividad, eficacia, eficiencia, impacto de los programas de intervención social. 

Más como lo señala Rebolloso, et al “pocos profesionales están capacitados para responder a las necesidades de evaluación y los funcionarios públicos carecen de habilidades prácticas para el análisis de los programas sociales.” 


Esta necesidad pudiera satisfacerse mediante un posgrado en Evaluación de Programas de Intervención Social eminentemente práctico. El objeto de estudio y análisis es por lo tanto la evaluación.

El perfil de ingreso de los interesados a este programa se orientaría tomando en consideración su perfil profesional, la disciplina desde donde proceden o área de formación (ingenieros o licenciados) o especialidad (especialización, maestría o doctorado) siendo más relevantes para el propósito que nos ocupa las funciones desempeñadas en la administración pública en diversos órdenes de gobierno (internacional, nacional, local y municipal) porque ellos son quienes toman decisiones, ejecutan y, en algunos casos, evalúan las políticas públicas sin dejar de lado la administración privada y organismos no gubernamentales que pudieran circunscribirse dentro de esta visión. 

Los candidatos idóneos serían pues los funcionarios de la administración pública y privada, de organismos gubernamentales, no gubernamentales, autónomos o desconcentrados, académicos e investigadores responsables de diseñar, tomar decisiones, implementar y evaluar programas de intervención social por la congruencia y concreción del enfoque profesionalizante del posgrado. Durante el mismo serán sometidos a un proceso riguroso e intensivo de apropiación de los elementos teórico-conceptuales y técnicos-instrumentales para lograr el perfil de egreso. Que resuelvan problemas prácticos propios de su actividad profesional tendiente a valorar la efectividad, la eficacia, eficiencia, impacto de uno o algunos programas de intervención social. 

Sería deseable que los interesados en cursar este doctorado conozcan la realidad social en y los alcances de los programas de intervención social. De esta manera estarán en condiciones de elaborar un diagnóstico desde donde analizarán su objeto de estudio. Los programas podrán valorarse su diseño, otros podrán evaluarse su proceso y de seguimiento y algunos más tomando como base sus resultados e impactos. También puede evaluarse  desde la eficiencia hasta la relación costo-beneficio. Todas ellas responden a ciertas perspectivas metodológicas que el doctorado deberá garantizar su estudio en las materias curriculares. 



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