Nota: El 30 y 31 de agosto del 2010, en la Cd. de México, se realizó el Foro "La historia que queremos enseñar en los libros de texto" organizado por la Dirección General de Materiales Educativos de la Subsecretaría de Educación Básica y la fundación para la Cultura del Maestro, con el objetivo de promover la discusión de ideas y puntos de vista acerca de las formas de enseñanza de la historia en la Educación Básica al que asistieron personas de diversos ámbitos de la educación, maestros ante grupo, jefes de enseñanza, académicos de diversas instituciones públicas y privadas, funcionarios de la Secretaría de Educación Pública y de diversas entidades del país, involucrados directa o indirectamente en la enseñanza e investigación de la historia. Las memorias están disponibles en http://basica.sep.gob.mx/dgme/pdf/informacionReuniones/ForoHistoriaTexto.pdf
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El siguiente texto es la versión estenográfica de mi participación. Es importante resaltar la dinámica y el tiempo dispuesto para desarrollar el tema. Mi pretensión fue poner en la mesa de discusión la necesaria congruencia entre el modelo pedagógico-educativo, referido en la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB), los materiales educativos (específicamente los libros de texto aunque no son los únicos) y la Evaluación Nacional del Logro Educativo en Centros Escolares (ENLACE). Y lo señalo muy claramente. La historia referida en ENLACE es incongruente con el modelo pedagógico-educativo planteado en la RIEB y los materiales educativo, los libros de texto, poco favorecen al desarrollo de las competencias de los estudiantes.
Parto de la siguiente premisa: La evaluación a gran escala de los estudiantes de educación primaria mexicana en la asignatura de historia es incongruente con la reforma curricular del 2008, con el enfoque curricular orientado a competencias y con el diseño pedagógico de los libros de texto.
Sin más preámbulo, les comparto mi intervención.
En necesario poner un foco de atención en los libros de texto para la enseñanza, qué libros necesitamos, cómo deberían ser; discutir la disciplina, los materiales o qué deberíamos discutir. En los años de reciente creación, durante los sesenta, en los libros de texto no había difusión de la historia, ni materiales o bibliotecas. Para enseñar la historia, había que dar material de apoyo al maestro. Por ejemplo, en el modelo 72, con otra generación de libros de texto. Aquel panorama es diferente al de hoy, con las TIC y las características educativas. Si el modelo pedagógico y educativo y los libros de texto son congruentes o no es uno de los muchos los puntos para el análisis.
En cuanto al modelo pedagógico, la RIEB plantea la articulación de tres niveles y el desarrollo de competencias. Hay congruencia con primaria. Con respecto al modelo educativo, la posición del maestro es diferente, debido al cambio de un modelo centrado en la enseñanza a uno en el aprendizaje.
En preescolar los niños se hacen ideas. Debe existir congruencia entre el modelo pedagógico de preescolar y primero de primaria; y entre primero y segundo, considerando los estilos de aprendizaje de los alumnos. En tercer grado, hay un cambio radical de la enseñanza de la historia desde la entidad federativa. Buscar congruencia entre primero y segundo con tercer grado. Los contenidos del entramado tienen la necesidad de hacerse todavía más congruentes. Primero y segundo grados se manejan con el enfoque oficial; y tercero con enfoque de la entidad. Respecto de la autoevaluación, es importante que el alumno se pregunte sobre su aprendizaje.
Es necesario distinguir entre la parte pedagógica y educativa, cómo son nuestros alumnos y nuestras escuelas, cómo son al interior de cada uno de los grupos. El libro de texto debe verse como un material de apoyo, un referente para el maestro. No hay verdades absolutas, ni sólo disciplinares, sino pedagógicas. El maestro tiene libertad de diseñar situaciones de aprendizaje para articular conocimientos. Los libros de quinto y sexto están practicando esto, la articulación con otras asignaturas, cumplen en el sentido de ser apoyos. Todos los materiales son mejorables.
Es el maestro es quién debe usarlos de la mejor manera, con los principios pedagógicos que están establecidos. Los libros son congruentes pedagógicamente con lo estipulado en los programas. En el aspecto psicopedagógico, como el tamaño de la letra, han mejorado para responder a las características del alumno.
La parte didáctica debe observarse no como un material acabado o como una sola manera de ver o enseñar la historia. Desde la parte curricular, cuál sería la justificación de la RIEB, donde se definen las características de la sociedad actual. Aún no egresa la primera generación de la RIEB. Hay que esperar a que madure el proceso. Propongo una evaluación curricular y de los libros de texto. Con diversas metodologías y visiones. Recuperar la visión de maestros y alumnos sería valioso.
Formación de los maestros. En preescolar y primaria no es experto, lo que se pretende es que los maestros tengan más conocimiento en la condición humana. En secundaria, se ha hecho un esfuerzo por hacer un perfil de egreso no segmentado sino articulado. Alinear los campos formativos con la primaria.
Evaluación de la historia. Desde lo áulico o desde lo sistémico. Hasta qué punto el alumno se ha apropiado de los contenidos. Sistema educativo se ha propuesta una asignatura rotativa, qué tanto el alumno se ha apropiado de hechos históricos más que cómo nos sirve la historia para comprender el presente y transformar el futuro. Revisar cómo se está percibiendo la historia en las evaluaciones con instrumentos como ENLACE.
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