viernes, 30 de noviembre de 2012

Discurso: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer





Sergio Martínez Dunstan
Coordinador Académico y de Operación Educativa
Servicios Educativos Integrados al Estado de México

Muy buenos días a todas las mujeres, presentes y ausentes, y agradezco la comprensión de los asistentes varones por dedicarles este mensaje a ellas, a ustedes las mujeres, y me comprometo a nombre propio y de los hombres aquí presentes a cumplir cabalmente con las condiciones y circunstancias a los cuales aludiré en mi intervención.

Doy la bienvenida a nuestra conferenciante magistral, a la Dra. Gabriela Warquentin de la Mora, y le ofrezco públicamente una disculpa anticipada ante la imposibilidad de escuchar su disertación porque atenderé otra encomienda en la Comisión de Derechos Humanos en el Estado de México (CODHEM) por el mismo motivo que hoy nos reunimos.

Saludo a todos los aquí presentes.

Hoy nos convoca una efeméride de singular importancia a celebrarse el próximo veinticinco de noviembre. La resolución A/RES/54/134 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) relativa al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer aprobada por la Asamblea General. Este acto sintetizó un proceso histórico-formal de este prestigiado organismo internacional. Desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer; la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; Siendo aún más específico, la Declaración sobre la eliminación de la violencia sobre la mujer y la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia.

A la ONU le inquieta la violencia contra la mujer porque obstaculiza el desarrollo, altera la paz y es un factor de desigualdad social. De igual manera, este hecho de que algunos grupos de mujeres son vulnerables a la violencia (indígena, migrantes, refugiadas, indigentes, reclusas, niñas, ancianas, discapacitadas, entre otros) genera intranquilidad.  También despierta angustia las relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer caracterizadas por el dominio y la discriminación. De subordinación del género femenino hacia el género masculino.

Es improrrogable el reconocimiento irrebatible a los derechos humanos universales de la mujer y la niña como una parte inalienable, integral e indivisible y el requerimiento justo de promoverlos y protegerlos. Y con una profunda preocupación ante las manifestaciones reales de que las mujeres aún no gozan plenamente de sus derechos y libertades y, sobre todo, por la incapacidad de ampliarlos y ampararlos.

La violencia contra las mujeres se entiende como todo acto basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si producen en la vida pública como en la vida privada al igual como se refiere en el artículo 1 de la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer. Por ello, y muchas otras razones más, la ONU decidió emitir la declaratoria de considerar el veinticinco de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer.

El Estado de México se ha apropiado de estos nobles y justos propósitos encabezados por el Gobernador Constitucional, Dr. Eruviel Ávila Villegas garantizando este derecho humano con la promulgación de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia por la LVI legislatura en la Administración del Lic. Enrique Peña Nieto hoy Presidente Electo de nuestro país en congruencia con la Ley General respectiva en la cual se establece la coordinación entre la federación, las entidades federativas y los municipios para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres que favorezca su desarrollo y bienestar conforme a los principios de igualdad y la no discriminación.

Aquí en el Estado de México se implementó como acción gubernamental destacable el Sistema Estatal para la igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres y para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. En este sistema convergen los esfuerzos de una gran diversidad de dependencias gubernamentales, entre otras la Secretaría de Educación a cargo del Lic. Raymundo Martínez Carbajal quien nos ha encomendado cumplir y hacer cumplir los principios jurídicos de esta ley desde nuestro ámbito de competencia.

De igual manera, en Servicios Educativos Integrados al Estado de México (SEIEM) se han venido realizando importantes esfuerzos en la materia. Nuestro Director General, Ing. Simón Iván Villar Martínez ha dictado instrucciones precisas tendientes a instaurar la Unidad de Equidad de Género confiriéndole tan delicada tarea a la Coordinación Académica y de Operación Educativa (CAOE). En los próximos días cumpliremos con esta encomienda y las cuatro Direcciones adscritas a la CAOE (Elemental, Secundaria, Media Superior y Superior) así como el resto de las unidades administrativas continuarán realizando las actividades desde una postura institucional y un enfoque integral.

Las políticas públicas, las instituciones y el marco jurídico se han alineado en aras de contrarrestar la violencia contra las mujeres. Bajo este entorno favorable se erradicaría la violencia contra las mujeres más sería un esfuerzo infructuoso sino todos nosotros en lo individual, hombres y mujeres, dejamos de velar por estos postulados y principios día con día. El hogar, la comunidad, la escuela y el trabajo son los espacios naturales donde se gestan las relaciones sociales, donde nos vinculamos unos con otros. Con nuestros abuelos, padres, hermanos y demás parentela. Con nuestros vecinos. Con nuestros maestros y alumnos. Con nuestros compañeros y colegas. Es cuestión de valores y de principios éticos. De tolerancia y respeto hacia el pensar y el actuar de los demás siempre y cuando no afecten a los de los demás. De amarlos, de amarnos. De pensar en los otros como en nosotros mismos dejando de lado los egos: egoísmo, egolatría, egocentrismo, egotismo. De tener presente la maravillosa naturaleza, el origen, nuestra cuna. Del significado en nuestra tradición cultural del amor filial y, en lo particular, del amor materno. Ejercer la violencia en contra de las mujeres es aceptar que lo hagan con la madre, la hermana, la esposa, la hija. Permitirlo y dejar que los demás lo hagan ante nuestra ojos y una pasiva actitud es festejar estas conductas. Violentar y dejar violentar a la mujer es precipitar la paulatina destrucción de la humanidad. Es retrógrado. Es primitivo. Es abominable. Es intolerable. Es inaceptable en un sociedad que se jacta de ser civilizada. Amemos y respetemos a las mujeres por ellas y por nosotros mismos. Les deseo un excelente día, que disfruten la conferencia y beban la sabiduría de nuestra especialista invitada. Y, por encima de todo, que tengan un regreso seguro a sus actividades cotidianas al término de este acto. Gracias por escucharme y por su atención. 

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