viernes, 10 de febrero de 2012

Publicación: Gestión de la política y de las políticas educativas

Nota: El Consejo Mexicano de Investigación Educativa celebró el XI Congreso Nacional del 7 al 11 de noviembre de 2011 en la UNAM, Ciudad Universitaria, México, D. F. Recibí la invitación a participar en un evento especial el miércoles nueve de noviembre en el auditorio Jacinto Pallares en la Mesa 9 "Gestión y Política Educativa: Dimensión federal e institucional". En esta mesa intercambié puntos de vista sobre este tema con Francisco Miranda López y Romualdo López Zárate. Aunque estaba confirmada la asistencia de Ciro Murayama no se contó con su presencia. La conducción de la mesa estuvo a cargo de Teresa Bracho y hoy Presidenta del propio COMIE. Preparé un texto base para mi intervención y elaboré una presentación en power point que a final de cuenta no utilicé. En la sesión de preguntas y respuestas respondí a varias de ellas entre las cuales destaco la formulada por Gary L. Anderson de la Universidad de Nueva York, Steinhasrdt School of Culture, Education, and Human Development, quien dos días después expondría la conferencia Magistral "Alternativas a las reformas educativas neoliberales: política y gestión", y de una Supervisora Escolar quien presentaría días después un libro editado por SEIEM. En la primera respuesta aludí a las escasas políticas educativas de estado en México y en la segunda al criterio de rentabilidad política, utilidad social y clientelismo electoral para implementar, mantener o desechar los programas de intervención social (expresión objetiva de la políticas en materia educativa). De facto se percibe un desdén por la educación que no va más allá de las prácticas discursivas de los actores políticos. Un desconocimiento y un desinterés de los entes políticos. No profundizaré más en ello pero si recomiendo la lectura de algunos posts publicados en este mismo blog donde desarrollo el tema relativo a la evaluación de los programas de intervención social (v. gr. http://sergiomartinezdunstan.blogspot.com/2011_10_30_archive.html). Recientemente se publicó este texto en la Revista Trimestral Nueva Conciencia, Expresión de la Cultura Organizada de los Trabajadores de la Educación, No 10 (Época III), de la cual soy Consejero Especial, así como también en la Revista AZ Educación y Cultura en su número 54 correspondiente al mes de febrero del 2012 tanto en su versión online (http://www.educacionyculturaaz.com/educacion/gestion-de-la-politica-educativa/), virtual (http://www.educacionyculturaaz.com/054/) e impresa (http://www.educacionyculturaaz.com/revista-az/revista-az-no-54-los-libros-en-la-era-digital/). Sin más preámbulo comparto con ustedes mis ideas al respecto.


Buenas Tardes:
Palabras iniciales
Primeramente expreso mi satisfacción por participar en este XI Congreso Nacional de Investigación Educativa. Agradezco al Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE) por la invitación. Especialmente al Dr. Hugo Casanova. De igual manera, es grato compartir esta mesa con tan distinguidos colegas. Los saludo con respeto. A la Dra. Tere Bracho, al Dr. Francisco Miranda con quienes he compartido otros espacios parecidos a este. De igual manera a Ciro Murayama y Romualdo López Zárate a quienes no tengo el gusto de conocerlo personalmente pero si a través de sus escritos. Mi aprecio y admiración por igual.

Para el auditorio, aclaro que lo que aquí expondré el día de hoy tiene cierto sesgo influenciado por el ámbito profesional donde me he desenvuelto durante buena parte de mi vida laboral: la educación básica pública tanto en el ámbito federal, como local y municipal. El propósito central es exponerles mi particular forma de ver cómo se realiza la Gestión de la Política Educativa en su dimensión federal e institucional. Insisto, la Gestión de la Política Educativa más no la gestión y la política educativa. Abordaré en un principio los conceptos básicos implícitos en el tema. Posteriormente, analizaré el papel de los actores políticos en la política educativa y en las políticas educativas. Al finalizar, resaltaré algunas de las ideas que intento dejar presentes en los asistentes. Sin más preámbulo iniciaré mi participación.

Desarrollo Temático
Aguilar Astorga y Lima Facio (1) destacan la diferencia entre política y políticas. Analizan los términos politics/policies, policy. Para los autores, la política (politics) la conciben como relaciones de poder, los procesos electorales y las confrontaciones entre organizaciones sociales con el gobierno. Políticas (policies) tiene que ver con las acciones, decisiones y omisiones por parte de los distintos actores involucrados en los asuntos públicos.

Desde esta perspectiva y llevándola al tema que nos ocupa, la educación, existe una clara diferencia entre hablar de política educativa y políticas educativas. La política educativa son las relaciones de poder entre el gobierno y los grupos implicados en los asuntos públicos. Las políticas educativas son las acciones tendientes a subsanar un problema, de corte educativo por supuesto, con la finalidad de subsanar un problema identificado. Es decir, las políticas públicas en materia educativa buscan la mejora social a través de la propia educación. La educación como medio y fin.

Ahora bien, el verbo gestionar alude al quehacer. Para la Real Academia de la Lengua Española lo relaciona con la frase, “hacer diligencias” y éstas a su vez se entiende como poner todos los medios para conseguir un fin. Cuando al término gestión se le añade un adjetivo, éste es el fin. Hablar de Gestión Escolar, Gestión Pedagógica, Gestión Educativa, Gestión de las Políticas Públicas, Gestión de las Políticas Públicas en Materia Educativa, Gestión de la Políticas Educativas se refiere a una acción, gestionar, que afectará al objeto referido en el adjetivo. Gestionar es hacer que las cosas sucedan. Gestionar la educación es hacer que la educación ocurra tomando en cuenta sus principios fundamentales. Gestionar las políticas educativas es hacer que las relaciones de poder logren ciertos fines. Gestionar las políticas educativas es asegurar su aplicación para la cual fueron pensadas. Gestionar las políticas educativas tiene que ver con una adecuada planeación, un oportuno seguimiento para evitar desviaciones de la misma o ajustar lo necesario y valorar el resultado final mediante un juicio fundado y sistemático. Existe una vasta bibliografía sobre la gestión en diversos ámbitos científicos. No ahondaré más en ello por razones de tiempo.

Los programas son las expresiones concretas y específicas de la política pública. En la administración pública se refiere recurrentemente a otro término: el proyecto. Aunque en términos estrictos el proyecto tiene un mayor acercamiento con la planeación. Proyectar tiene que ver con idear o trazar un plan. He aquí otro concepto interesante: plan. Si a estos términos le agregamos el adjetivo educativo (Programa Educativo, Proyecto Educativo, Plan Educativo) y además le anteponemos la palabra gestión llegamos a frases muy socorridas en los discursos de los actores políticos. Gestión del Programa Educativo, Gestión del Proyecto Educativo, Gestión del Plan Educativo. Tanto los programas, como los planes y los proyectos educativos poseen una propiedad inherente a los actores y los grupos políticos que los propusieron. Tienen que ver con el proyecto político de esos actores políticos. Buscan ponerle su sello distintivo, personal y de grupo. Es decir, gestionar la política pública a través de las políticas públicas. El medio son las políticas educativas y el fin es la política educativa. Mi consideración particular es que debiera ocurrir a la inversa.

Ahora bien, hablemos de los actores políticos responsables de la gestión de la política educativa. Aunque el título de la mesa refiere a las dimensiones federal e institucional el tema es más amplio y profundo de lo que a simple vista pudiera parecer. En educación, desde 1992 a raiz del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica se transfieren los servicios educativos a las entidades federativas y el gobierno federal a través de la Secretaría de Educación Pública asumen la rectoría de la educación a nivel nacional. Más allá de los términos y condiciones en como ocurre o ha ocurrido este proceso es visible la concurrencia de dos actores, de dos proyectos distintos de política educativa. El ámbito federal y el ámbito local. Otro actor que juega un papel más o menos relevante dependiendo de su propio desarrollo es el ámbito municipal. Los tres niveles de gobierno intentan imponer su política educativa a través de sus propias políticas educativas llegando incluso a utilizar las políticas educativas para su política educativa o vetar las políticas educativas porque responden a una política educativa distinta a la que pretenden impulsar. Incluso aunque sean del mismo partido y debieran responder, en teoría, al mismo proyecto político y de facto no ocurre así. A la acción de los gestores de las políticas educativas precede la acción de los tomadores de decisiones quienes son el nivel más alto en la jerarquía de la política educativa. Los funcionarios de gobierno no sólo responden a los intereses de su grupo sino al suyo propio. Todo ello en el terreno de lo gubernamental, del poder ejecutivo.

También se perciben estas tres dimensiones en quienes diseñan las políticas: El Congreso Federal, El Congreso Local y los municipios a través de las regidurías. Es poco común encontrar criterios de eficacia, eficiencia, efectividad, impacto para impulsar las políticas educativas más ad hoc a la situación o la problemática social por resolver. Responde al proyecto político de grupo, responde a la política educativa. En contraparte podemos señalar a este aspecto negativo uno más favorable. Con mayor frecuencia se hace uso de una herramienta muy poderosa, como lo es la evaluación, como herramienta para identificar los criterios de selección de las mejores prácticas pero todavía no en los niveles deseables. La racionalidad en la elección de las políticas públicas en materia educativa es aconsejable.

Otro actor protagónico es el Sindicato de los maestros. Separadamente lo señalo sólo para efectos de análisis porque su influencia se entremezcla en los actores mencionados anteriormente: en los tres niveles de gobierno y los congresos. Tanto como autoridades educativas, como tomadores de decisiones, diseñadores de las políticas educativas, gestores de las políticas educativas. A algunos de ellos se les conoce como operadores políticos, es decir quienes tienen ante si la encomienda de garantizar la correcta puesta en marcha del proyecto político, de la política educativa a la cual responden. Mucho se ha discutido su legalidad y legitimidad. O la legitimidad y la legalidad de sus acciones. A mi parecer es legítimo y la legalidad de sus acciones trastoca tantos procesos que no tengo elementos de juicio para afirmarlo o negarlo. Lo que si es necesario reconocer que es un actor activo, participativo, influyente, propositivo y en ocasiones decisorio. Que es un actor clave en la política educativa y en las políticas educativas. Que es un actor clave en la gestion de la política educativa y en las políticas educativas. Al menos en el discurso, explícitamente dicen interesarse en su materia de trabajo: la educación. Ese es su capital político, la acción educativa. Es para ellos la educación un medio y el fin para llevar las políticas educativas a su proyecto político, a su política educativa.

Recientemente las organizaciones no gubernamentales han venido jugando un papel mucho más activo. Y, en su discurso, también hacen suya la educación, una mejor educación, un mejor desempeño de los actores educativos para alcanzar los nobles ideales educativos, la reducción de la política educativa privilegiando las políticas educativas. En alguna de ellas, es dudosa su neutralidad en la política educativa. También responden a intereses de grupo y personales. También conforman su propia agenda. Algunos son extensiones, abiertas o encubiertas, de diversas organizaciones. Cada vez su poder de influencia es mayor. No es lejano el momento en donde su participación irá más allá de la simple crítica o la sola expresión pública de su anhelo por una mejor educación sino que estarán sentados en la mesa con el resto de los demás actores y decidiendo conjuntamente el derrotero de la educación.

La participación social también se ha ensanchado su nivel de implicación. No solamente agrupándose en Asociaciones o Uniones sino que se cuenta también con un instrumento poderoso, el Consejo de Participación Social. Considero que aún no han alcanzado su máximo potencial. Hay que esperar en los próximo años una mejor organización y un accionar de mayor impacto. Ojalá maduren por su propia cuenta y no se vean coptados por intereses ajenos a quienes representan.

Y, al final, los propios estudiantes, que en el caso de educación básica se limitan a ser agentes pasivos, receptores, beneficiarios y afectados de las acciones u omisiones de los diversos actores políticos encargados sobre todo de la gestión de las políticas educativas quiene inciden directa o indirectamente en la política educativa. De ahí la relevancia del papel que juegan los gestores de las políticas educativas.

Consideraciones finales
Todos los actores políticos anteriormente mencionados juegan una lucha de poder para convencer o imponer su política educativa a través de las políticas educativas. Desafortundamente, en algunos casos, la gestión de las políticas educativas es un mecanismo empleado para ideologizar a las personas en aras de convencerlos que la política educativa defendida es la más apropiada. Quienes ejecutan las políticas educativas privilegian la política educativa, quienes operan los programas educativos en ocasiones dejan en segundo término los nobles propósitos educativos. Los actores políticos responden en principio a sus interese particulares, después a su grupos y política educativa. Hasta el final, y si es que queda margen de maniobra, a la educación en sí misma. Dicho de otra manera, las políticas educativas son el medio utilizado para llegar a la política educativa. Los actores políticos juegan ese juego según sus conveniencias personales y de grupo.

Idebialmente cabría esperar que el fín último debiera ser el ser humano y la sociedad en donde nos desenvolvemos. Un ser humano con capacidad de transformación social. Más nuestra realidad ha puesto en entredicho este principio. La gestión de las políticas educativas como estrategia de mejora educativa y de transformación social. Poner en una sola linea las visiones, política, políticas, proyectos, programas y planes pudiera ser la opción. Gracias por su atención.


Referencias consultadas
Aguilar Astorga y Lima Facio ¿Qué son y para que sirven las políticas públicas? En Contribuciones a las Ciencias Sociales, septiembre 2009 en http://www.eumed.net/rev/cccss/05/aalf.htm



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